Síndrome del Edificio Enfermo y calidad del aire interior

Síndrome del Edificio Enfermo y calidad del aire interior

Síndrome del edificio enfermo y calidad del aire interior

La importancia de la calidad del aire interior es un aspecto del que hemos tomado mayor conciencia desde la irrupción de la pandemia por el Covid19 en el año 2020. Pasamos alrededor del 80% de nuestro tiempo en espacios interiores. Esto quiere decir que las condiciones ambientales de los edificios nos afectan en gran medida. Pero, ¿sabes lo que es el síndrome del edificio enfermo y cómo puede afectar a tu salud?

Los acontecimientos mencionados han hecho que se produzca una nueva percepción de la importancia de la calidad del aire interior. En este nuevo artículo nos adentramos en esta cuestión.

La calidad ambiental interior, viene condicionada por las propiedades del aire que respiramos en espacios interiores.

Las nuevas edificaciones son cada vez más herméticas, esto hace que sea fundamental que funcione correctamente el sistema HVAC.

El sistema HVAC y la calidad del aire interior

El significado de HVAC hace referencia a los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Procede de los términos anglosajones Heating Ventilation Air Conditioning.  centenaria.

Orígenes del HVAC

Los inicios del HVAC son los mismos que los del aire acondicionado. Su creación se atribuye  al inventor Willis Haviland Carrier.

Carrier desarrolló en 1902 la primera máquina para enfriar y controlar la humedad del aire, decidido a mejorar las condiciones de la industria de la imprenta, puesto que la impresión y fijación de la tinta en el papel muy afectadas por el calor. Algo más de una década después consiguió adaptar su creación al uso doméstico. Apareciendo así el primer equipo de aire acondicionado, pilar fundamental en la historia de la ventilación.

Qué es el sistema HVAC hoy en día

En climatización, hoy en día, HVAC hace referencia a las mejores prácticas para lograr confort térmico y salud en interiores. Se han de dar unas condiciones de salubridad específicas y conseguir que el aire respirado sea de la mayor calidad y comodidad.

¿Cuáles son los parámetros que definen dicha sensación de confort?:

  • Temperatura
  • Humedad relativa
  • Velocidad del aire
  • Concentración de CO2
  • Concentración de COV (Compuestos Orgánicos Volátiles)
  • Concentración de microorganismos

ISO 7730 y nivel de confort

La sensación de bienestar de una persona en un espacio, como decíamos, depende de determinados factores externos ya mencionados en el punto anterior. A esa sensación de bienestar se la conoce como “nivel de confort”

A su vez, el efecto de estos factores de influencia en la sensación de confort de una persona depende de su nivel de actividad y la ropa.

La norma ISO 7730 combina todos los parámetros en la medición de los valores PMV/PPD (voto medio estimado/porcentaje estimado de insatisfechos).

El valor PMV es un índice que predice el valor medio de la evaluación de la climatización que se obtendrá cuando se pregunte a un grupo grande de personas. Y, el índice PPD proporciona una predicción cuantitativa del número de personas que estarán insatisfechas con una determinada atmósfera.

Como adelantamos, estos indicadores juntos determinan nuestro nivel de comodidad, que generalmente se considera aceptable si el índice PPD (Porcentaje de personas insatisfechas) está por debajo del 10%.

Pautas a seguir en cuanto a calidad del aire interior y humedad relativa

Existen una serie de pautas implantadas a nivel internacional, que regulan los rangos permitidos para cada parámetro

Temperatura, humedad relativa y CO2

Generalmente se estima como temperatura apropiada aquella que se encuentre entre los 20 y 27 °C durante todo el año, la humedad relativa entre 40 y 60% y el nivel de CO 2 interior inferior a 1000 ppm.

Consecuencias de temperatura, humedad relativa y CO2 fuera de rango

Cuando alguno o varios de los valores de los 3 parámetros descritos se encuentran fuera de rango, el cuerpo humano sufre consecuencias negativas, las cuales suelen manifestarse de diversas formas:

  • dolor de cabeza
  • mareos
  • náuseas
  • irritación de mucosas
  • tos seca
  • sequedad y picor de piel seca
  • dificultad de concentración
  • fatiga
  • aumento incidencia de ataques de asma…

Síndrome del edificio enfermo

Se considera que un edificio presenta la patología del “síndrome del edificio enfermo” cuando varios de estos síntomas afectan a los habitantes o usuarios habituales de un edificio, sin que se identifique ninguna enfermedad o causa específica, su condición se denomina síndrome del edificio enfermo .

Los efectos no son inmediatos y pueden aparecer solo después de una exposición prolongada o repetida al ambiente interior. Esto hace difícil su detección. Se estima que alrededor del 30% de los edificios actuales presentan esta dolencia.

La temperatura del aire, es de todos, probablemente la más fácil de identificar cuando está fuera de rango. La incomodidad es fácilmente perceptible.

Humedad y síndrome del edificio enfermo

A la humedad relativa, por otro lado, es un factor importante en la evolución del síndrome del edificio enfermo y se le suele restar importancia. A pesar de altera de nuestra percepción de la temperatura del aire y afecta la transpiración de la piel y nuestro equilibrio energético.

Además la gestión correcta de la humedad permite reducir las partículas de polvo en el aire al hacer que se adhieran a paredes y suelos. En un ambiente seco, permanecen más tiempo suspendidas en el aire.

Por último, la humedad relativa también afecta la salud por su capacidad de alterar la transmisibilidad de bacterias y virus.

Soluciones al Síndrome del Edificio Enfermo

Ian Cull, ingeniero e higienista industrial, Vicepresidente de la AIQA (Indoor Air Quality Association) pone en relieve que en buena parte de las construcciones recientes se han primado valores como la eficiencia, la comodidad o el confort térmico por encima de conceptos como la calidad del aire interior.

Se trata de encontrar un equilibrio entre eficiencia, confort y calidad del aire. Esto se consigue siguiendo una serie de recomendaciones:

  • Instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada, es decir sistemas de  ventilación que fuerza la extracción del aire para renovarlo que contribuyan a la generación de un aire interior limpio. Ideal si lo complementamos con sensores de CO2 y otros contaminantes.
  • Mantener una temperatura y humedad relativa ajustadas a los valores recomendados.
  • Realizar periódicamente las labores de mantenimiento y limpieza de los equipos de climatización y ventilación
  • Equilibrar las presiones en distintos puntos del edificio, dado que pueden ser la causa de los movimientos de los contaminantes de unos lugares a otros.
  • Controlar los niveles de ruido y presión sonora para mantenerlos en los límites recomendados
  • Limpiar regularmente alfombras, moquetas y otras superficies susceptibles de acumular contaminantes.

Conclusión

La calidad del aire interior es un factor clave en el diseño correcto de los sistemas HVAC en edificios modernos.

Además, el control adecuado de la humedad relativa, es una de las mejores herramientas que tenemos para crear un ambiente interior que sea saludable y confortable. Y, a nivel laboral, nos permitirá mejorar nuestros ratios de productividad reduciendo el absentismo e incrementando el rendimiento de los trabajadores.