El programa ‘Informe Covid’, de Iker Jiménez ha sido todo un éxito. En la mesa de debate varios expertos hablaron de la importancia de comprobar la calidad del aire en espacios con poca o ninguna ventilación con un medidor de CO2.
Mantener una adecuada calidad del aire interior no solo es imprescindible para evitar el síndrome de edificio enfermo, sino para crear ambientes interiores agradables que no pongan en riesgo ni el bienestar ni la salud de sus ocupantes.
De una forma simple, un medidor de CO2 es un dispositivo diseñado para controlar la calidad del aire en espacios interiores. Es un dispositivo muy sencillo de utilizar y con un precio relativamente económico en el mercado.
Normativa y calidad del aire
De acuerdo con la normativa vigente del Código Técnico de Edificación (CTE DB HS 3, Calidad del aire interior) es obligatorio dotar a los recintos de un caudal de ventilación mínimo que garantice una correcta renovación del aire. Así, se debe insuflar hacia el interior un aire fresco, limpio y libre de impurezas y expulsar, a su vez, el aire contaminado debido al uso habitual de los locales por parte de los usuarios.
Debemos señalar que el caudal mínimo de aire tendrá que variar en función de la ocupación del recinto, por lo que es muy importante disponer de sistemas de ventilación que posibiliten la regulación del caudal de ventilación que se quiera usar en cada momento. Una buena solución son las bocas de extracción autorregulables, que permiten al usuario, mediante dispositivos de control automático de demanda de caudal de aire, decidir en todo momento la cantidad de m3/h que se desea extraer.
Según RITE, en función del uso del edificio o local, la categoría de calidad de aire interior (IDA), que se deberá alcanzar será, como mínimo:
- IDA 1 (aire de óptima calidad): para hospitales, clínicas, laboratorios y guarderías
- IDA 2 (aire de buena calidad): oficinas, locales comunes de hoteles y residencias, museos, aulas de enseñanza, entre otras aplicaciones.
- IDA 3 (aire de calidad media): edificios comerciales, cines, teatros, salones de actos, habitaciones de hoteles, restaurantes, cafeterías y bares, salas de fiestas y gimnasios.
- IDA 4 (aire de baja calidad): no considerado en ninguna aplicación.
Las partículas contaminantes que puede transportar el aire son, sobre todo, el CO2 resultado de la respiración de los seres vivos y los compuestos orgánicos volátiles que despiden los propios materiales de construcción (pinturas y demás productos químicos de los materiales).
La transmisión aérea, una de las grandes vías de contagio
Desde que estalló la pandemia del COVID, equipos de científicos de todo el mundo han llevado a cabo diversas investigaciones sobre las formas de contagio.
En los últimos meses muchas voces han advertido de la transmisión aérea, los conocidos aerosoles, como una vía de contagio de la enfermedad. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud todavía no lo ha admitido con rotundidad. ¿Qué quiere decir esto? Que puede viajar hasta siete metros en menos de un segundo y permanecer en el aire en espacios cerrados durante varias horas.
Buena parte del debate del programa ‘Informe COVID’ giró en torno a este asunto. Todos los científicos se mostraban de acuerdo en que los aerosoles son una de las principales vías de contagio, a pesar de que la OMS no lo reconozca como tal.
Teniendo esto en cuenta, a la hora de mantener el contacto social los espacios al aire libre se presentan como la mejor alternativa. En espacios cerrados la ventilación es fundamental. No es suficiente con abrir las ventanas 10 minutos cada hora. La ventilación debe ser constante. Por supuesto, en ambos casos la mascarilla sigue siendo un elemento de protección esencial.
A estas alturas todos tenemos claro que el Coronavirus se transmite por el aire, a través las gotículas respiratorias o aerosoles que expulsamos al toser, estornudar, hablar, o simplemente respirar. Por esta razón, el uso de la mascarilla y la distancia social son tan importantes.
Medidor de CO2
Los científicos señalaron que, en todos los espacios cerrados, por ejemplo, colegios, en los que conviven grupos de más de 20 personas debería existir un medidor de CO2. Se trata de un dispositivo de pequeño tamaño que mide la concentración de dióxido de carbono en el aire.
Con él se puede comprobar lo peligrosos que son los espacios cerrados con mala ventilación. Pudiendo en un futuro suponer un problema a la hora de obtener licencias de apertura o actividad, por el peligro pandémico que suponen.
Una concentración menor de 800 ppm (Partes Por Millón) se considera adecuada, aunque lo ideal es que ronde las 500 ppm. Al superar los 800 ppm salta la alerta a causa de una deficiente la ventilación, esto conlleva en gran medida la permanencia del virus en el aire, dentro de la estancia, aumentando su capacidad de transmisión y durabilidad en el aire durante varias horas.
Los detectores de CO2 se pueden adquirir, por ejemplo, en Amazon y valen entre 22 y 87 euros. Niveles altos de dióxido de carbono en el aire indican que la ventilación no es buena, y el riesgo de contagiarse del coronavirus es alto.
¿Cómo funciona un sensor de CO2 en un sistema de ventilación?
Un sensor de CO2, instalado en oficinas o aulas, es un detector que se instala para comprobar el nivel de contaminación, que hay en la estancia. Teniendo en cuenta el grado de ocupación máxima durante una jornada laboral o educativa de las salas.
Existen en el mercado dos tipos de sensores instalables a los sistemas de ventilación y purificación de aire centralizados:
- Monozona: el recinto a ventilar no está compartimentado.
• Multizona: el recinto a ventilar está compartimentado, pero la renovación del aire debe ser homogénea.
De acuerdo con los niveles de contaminación (en base a la tasa de CO2 resultante de las actividades metabólicas —respiración— de los usuarios) el dispositivo ordenará aumentar o disminuir la velocidad del extractor para adecuar el caudal de ventilación mínima de acuerdo a las necesidades de cada momento.
Purificadores de aire con sensor de medición
La mayoría de purificadores de aire con filtros HEPA que cumplen con la norma UNE 1822, como los que se pueden encontrar en nuestra tienda, incluyen un detector de polución en el aire.
Dicho sensor en los aparatos portátiles, al igual que en los sistemas centralizados, auto regulan el caudal de aire producido por la máquina, con el fin de limpiar la sala lo antes posible y dejarla en niveles óptimos para las personas.
Ultimas consideraciones
Todos los filtros HEPA deberán de cumplir la norma UNE-EN 1822-1:2020 y certificación de pruebas en laboratorio.
En PROINTER somos conscientes de la importancia de estos aparatos para los alumnos y sus familias, por ello solo vendemos aparatos certificados.
Si necesitas resolver dudas, ampliar información o pedir presupuesto para tu escuela, no dudes en contactarnos.